Saltear al contenido principal

Los grupos sanguíneos y la alimentación

¿Por qué unos determinados alimentos sientan bien a unas personas y a otras se les ponen mal? ¿Por qué a unos individuos les funciona una dieta y a otros no? ¿Habías pensado que todo ello podía tener que ver con el grupo sanguíneo de cada uno?

Los naturópatas James D’Adamo y Peter J. D’Adamo (padre e hijo) han profundizado en esta hipótesis durante muchos años y han tratado más de cuatro mil casos. El trabajo de dos generaciones le ha permitido al hijo asegurar que el grupo sanguíneo determina el tipo de alimentación que más nos conviene, si es que queremos disfrutar de un peso ideal, encontrarnos bien o conservar la vitalidad a lo largo de la vida.

Llegir

La enfermedad como camino

Pocas personas hablan tan claro de la enfermedad y de la interrelación entre cuerpo y mente como Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke. «El cuerpo nunca está enfermo o sano, ya que en él sólo se manifiestan las informaciones de la mente». De hecho, el cuerpo debe su funcionamiento a las dos instancias materiales que solemos llamar conciencia (alma) y vida (espíritu).

Siguiendo con su teoría, todo tiene dos polos (día y noche, sol y luna, vida y muerte, masculino y femenino, consciente e inconsciente…). Los polos no tienen sentido sin su opuesto, ya que uno complementa al otro. Es la no aceptación, el rechazo o incluso el odio a uno de los dos polos lo que nos hace enfermar. Mediante el síntoma se manifiesta lo que le falta al ser humano. Si una persona se niega a asumir una realidad o un principio, este principio se introduce en el cuerpo y se manifiesta en forma de síntoma. De esta manera, el individuo no tiene más ‘remedio’ que asumir el principio rechazado. En palabras de los autores, «el síntoma completa el hombre, es el sucedáneo físico de lo que le pasa al alma, el síntoma es la concreción somática de lo que nos falta a la conciencia».

Llegir
Volver arriba
×Close search
Buscar