Grafología: cómo distinguir la ambición a través de la firma
Ser ambicioso no tiene por qué ser malo, siempre y cuando la ambición no sea utópica o inalcanzable. En tal caso, generará frustración, ya que nunca se logrará el objetivo. Si por ambición entendemos la voluntad de superarse a uno mismo, hablamos de «ambición noble». Si la consecución de una meta hace que el individuo se vuelva egoísta y no le importe dañar a los demás entonces se trata de una «ambición innoble». Al menos esa terminología es la que utiliza Clara Tahoces en su libro ‘Grafología. Cónocete a ti mismo y a los demás a través de la escritura’. La autora también nos enseña a distinguir entre una y otra a través de la firma.
Rasgos grafológicos de la ambición noble:
- El texto de la firma forma una línea recta, lo que indica rectitud en las intenciones.
- La firma es legible, símbolo de autenticidad. La persona no utiliza la ocultación ni el engaño para ascender en la vida.
- La rúbrica es sencilla o simplemente no la hay. Es símbolo de seguridad en uno mismo y de apertura hacia los demás.
- El tamaño de la letra de la firma es igual o algo mayor al texto de la escritura.
- La firma es ascendente, sin superar los 10 grados de inclinación.
Rasgos grafológicos de la ambición innoble:
- El texto de la firma es ondulado. Es señal de que el individuo se arrima a los otros interesadamente. Opta por un criterio u otro en función de sus intereses.
- La firma es ilegible o complicada. Es símbolo de ocultación y de no estar orgulloso de uno mismo.
- La rúbrica es complicada, lo que representa que tiene capacidad de manipulación.
- El tamaño de las letras de la firma es grande. Se considera superior a los demás, aunque se siente infravalorado.
- La firma es muy ascendente (superior a los 10 grados sobre la línea horizontal).
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Fuente:
TAHOCES, Clara (2005) ‘Grafología. Cónocete a ti mismo y a los demás a través de la escritura’, Barcelona, Grupo Editorial CEAC