Feng shui: el mapa bagua
El feng shui es una técnica de organización del espacio para aprovechar al máximo las energías positivas y atenuar las negativas. Los orígenes del feng shui—que etimológicamente significa «viento y agua»— se remontan a la China de hace más de 3.000 años. Se creía que el espíritu de los antepasados era capaz de ayudar a los descendientes vivos, por lo que las familias buscaban el mejor lugar para enterrar a los difuntos y honrarlos. El feng shui les servía para estudiar la mejor localización y forma de la tumba.
Con el paso de los siglos, el feng shui afloró en países vecinos como Hong Kong, Taiwán y Singapur y sus técnicas se fueron aplicando para buscar los mejores lugares para construir edificios y casas. Allí donde la energía vital (el chi) podía fluir con armonía y de manera favorable para la vida humana, era un buen lugar para quedarse a vivir.
Aunque, hoy en día, la mayoría de los lugares que podemos elegir para vivir ya están construidos, disponemos de múltiples posibilidades decorativas para mejorar los espacios y hacerlos más armoniosos: la disposición de los muebles, los espejos, los colores, las plantas, los símbolos… El feng shui no solo tiene aplicación en casa, sino también en comercios, oficinas y lugares de trabajo.
Hay dos grandes escuelas de feng shui: la escuela de la brújula y la escuela de la forma. Ambas se ayudan del bagua, que es el símbolo de perfecta armonía del espacio y el contenido (lo ideal sería que el espacio tuviera forma cuadrada o rectangular). El mapa bagua divide el área en nueve zonas iguales (ver gráfico) y cada una de ellas refleja distintos aspectos de la vida.
Situados en la entrada y mirando hacia el interior, la zona de la izquierda representa el conocimiento, los estudios y la relajación. La parte central corresponde a la profesión, y la de la derecha tiene que ver con los viajes, los amigos, las ayudas y—en el caso de los negocios— los clientes. El centro es el motor de todo el espacio. Si esta zona tiene problemas, repercutirá en todo. Todos los manuales de feng shui aconsejan no comprar una casa que tenga el baño en el centro. Por el baño se pierden la mayoría de las energías, lo que afecta negativamente al cuadrante donde está emplazado. A la izquierda del centro, hay el cuadrante de la salud y la familia, y, a la derecha, el de la creatividad y los hijos. Al fondo a la izquierda, encontramos la zona de la prosperidad económica. Al fondo a la derecha, está el cuadrante correspondiente a las relaciones, el amor y el matrimonio. En medio, está la parte del éxito, la fama y la reputación, entendida como la forma en que nos ven los demás o—en palabras más coloquiales— si «caemos bien».
Si el espacio que analizamos no es cuadrado ni rectangular y eso hace que le falte alguno de los cuadrantes en su totalidad, aparecerán problemas en los aspectos que aquella zona representa. Normalmente, se utilizan espejos para ampliar las zonas incompletas y hay símbolos, materiales y colores que ayudan a potenciar cada zona y a paliar los inconvenientes de tener cuadrantes incompletos.
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