El Padre Mariano, el homeópata
Como vecino de Igualada (Barcelona) y después de hacer algún trabajo de investigación histórica relacionado con el Ateneo Igualadino de la Clase Obrera, siempre había vinculado la figura del Padre Mariano a uno de los máximos impulsores de esta entidad cultural. Recientemente, sin embargo, he podido comprobar que su renombre como practicante de la homeopatía va mucho más allá y es que fue uno de los máximos expertos homeópatas del país en el siglo XIX. El Padre Mariano fue una figura querida y odiada al mismo tiempo: querida por el pueblo, por todo lo que hizo por la clase obrera y por las curas maravillosas que se le atribuyen; y odiada por los empresarios y los médicos que querían denunciarlo.
Según la biografía ‘El Pare Marià’ (El Padre Mariano), escrita por Salvador Riba y Gumà y editada por el mismo Ateneo Igualadino, Josep Ferrer i Estruch nació en Igualada el 11 de octubre de 1812. Fue al día siguiente, día de la Virgen del Pilar, cuando fue bautizado en la basílica de Santa María (detallo tanto estas fechas, porque otras biografías apuntan el 12 de octubre del año anterior como fecha de nacimiento). De joven ingresó a la orden religiosa de San José de Calasanz de Barcelona. Fue al profesar, a los 16 años, cuando decidió sustituir el nombre de pila de Josep por el de Mariano, dada su devoción por la Virgen.
Destacó como estudiante, primero, y como pedagogo, después, al ejercer de maestro en Manresa, Mataró y Barcelona. Fue considerado uno de los mejores calígrafos de la Escuela Pía (piénsese en la importancia de esta asignatura cuando no se conocía la mecanografía y cuando aún no abundaba el papel impreso) y fue una de las primeras personas en Cataluña en impartir la asignatura de dibujo lineal (cuando aún no había libros sobre la materia). También cabe destacar la amistad que tenía con el escritor y filósofo Jaume Balmes y con el poeta y sacerdote Jacint Verdaguer.
En 1845 embarcó hacia Cuba, donde fundó el Liceo Calasancio en la localidad de Santa María del Puerto Príncipe (hoy Camagüey). El método de enseñanza del Padre Mariano era elogiado y el centro educativo llegó a obtener un gran prestigio. Estudiaban alumnos de las familias más distinguidas de la isla y de fuera. El escolapio estuvo a trece años en la Cuba. Mientras su fama había ido creciendo, su salud había ido menguando. Llegó un punto en que expectoraba sangre a menudo, no paraba de fumar y pasaba días sin comer por falta de apetito. Su peso cayó hasta los 40 kilos. Un médico estadounidense le diagnosticó tuberculosis y le auguró cuatro o cinco meses de vida. Entonces decidió volver a Igualada para pasar sus últimos días junto a la familia. Poco antes de partir, sin embargo, consultó su caso a un médico homeópata y, gracias al tratamiento que le recomendó, el Padre Mariano comenzó a recobrar la salud poco a poco.
Entre el reposo en casa, los cuidados de los familiares y el tratamiento homeopático, el Padre Mariano se rehizo. Agradecido a la homeopatía, decidió estudiar dos horas diarias la disciplina desarrollada por Samuel Hahnemann. La constancia llegó a convertirle en un experto comparable con mejores médicos homeópatas que ejercían entonces en el país.
El sacerdote pasaba visita en su casa y era fácil que la cola de gente se alargara un buen trozo de calle, sobre todo los días de mercado, cuando los habitantes de las poblaciones vecinas iban a Igualada y aprovechaban para consultar su caso al padre escolapio. Una de las curas más destacadas que se le conocen fue la de la hija del general Muñoz, enferma desahuciada por los médicos de más prestigio. En el libro del amigo Salvador Riba también se explica que atendió y curó a un joven soltero que había contraído una enfermedad venérea, eso sí, tras el pertinente sermón y tras amenazarle con que no volviera a su consulta si algo parecido le volvía a sucederle. El prestigioso médico igualadino doctor Soler, también homeópata, le pedía consulta siempre que la necesitaba y fue un gran defensor del escolapio ante los médicos que querían denunciarlo.
Recibió, en varias ocasiones la visita en Igualada del doctor Juan Sanllehy, quien fue el primer presidente de la Academia Médico-Homeopática de Barcelona (creada en 1890). En Barcelona, el doctor Sanllehy trataba el Padre Mariano como un compañero de prestigio a quien pedía consulta sobre los casos más difíciles de sus pacientes.
Pronto se hizo eco de sus curas maravillosas y su fama se fue extendiendo hasta el punto que la Sociedad Hahnemanniana Matritense (creada en 1845) lo distinguió como Socio de Mérito. El sacerdote atribuía el éxito de los tratamientos, en parte, a los cuidados y a la atención que ponía al preparar los medicamentos. Las tinturas las compraba en la casa Willms Schwabe, de Leipzig (Alemania).
La fama del Padre Mariano llegaba hasta Zaragoza, donde solía ir cada año por las fiestas de la Virgen del Pilar. Se puede decir que había un auténtico peregrinaje desde los pueblos vecinos hasta Zaragoza para ser visitado por el sacerdote. Después de celebrar misa, la casa donde se hospedaba se llenaba de gente hasta las 10 de la noche y los pacientes que no había podido atender durante ese día eran los primeros de ser visitados la mañana siguiente.
Nunca quiso honorarios por pasar visita y, si alguien le dejaba dinero sobre la mesa de manera voluntaria, los destinaba a obras benéficas, como los pobres socorridos por el Hospital de Igualada. También daba dinero para ayudar a las familias pobres de algunos enfermos a los que atendía.
Durante los últimos años de su vida, el Padre Mariano quiso tener una vida reposada y tranquila. Salía poco de casa y una de las pocas actividades que hacía era ir al Ateneo para instruir a los obreros que acudían a sus clases y charlas. Sin embargo, dijo misa todos los días en el oratorio de su casa hasta poco antes de morir, el 28 de octubre de 1900. Vivió 88 años, una edad nada despreciable para una persona nacida hace dos siglos.
Fuentes:
• RIBA y GUMÀ, Salvador (1978) ‘El Padre Mariano’, Igualada, Ateneo Igualadino
• Instituto Homeopático de Cataluña: Biografía del Reverendo P. Mariano Ferrer Estruch
• ABC Homeopatía: ¿Cómo y Cuando se inicia la Homeopatía en España?
Notas:
• En el libro de Salvador Riba se hace referencia a una biografía sobre el Padre Mariano de 5 páginas publicada en una revista editada por la Academia Médico-Homeopática de Barcelona en 1925 con motivo del Congreso Internacional de Homeopatía celebrado el año anterior en Barcelona. El Instituto Homeopático de Cataluña, por su parte, cita como referencia el libro ‘International Homeopathic Council’ (Barcelona). Probablemente se trate de la misma fuente.