Francesca Simeón, presidenta de Tenacat (y II): «El peor enemigo del sector de las terapias naturales es el propio sector»
El último estudio promovido por la Federación de Asociaciones de Profesionales de Terapias Naturales y de la Cultura de la Salud (Tenacat) es el «Estudio sobre las Terapias Naturales: Especificidades y aportaciones en relación a la salud y bienestar comunitario». He hablado con la presidenta de la federación, Francesca Simeón, para profundizar en aspectos como el vínculo entre el terapeuta y el usuario y la relación entre las terapias naturales y la medicina alopática.
–Una de las debilidades del sector que apunta el estudio es la falta de investigación que demuestre la eficacia de las disciplinas.
–Quisiéramos investigar más y demostrar la efectividad y la no peligrosidad de las terapias naturales. Cuando intentamos hacer un estudio, sin embargo, nos encontramos que tenemos que aplicar un método científico y que debe haber unos médicos de fuera del sector que den apoyo a estas investigaciones y las sigan. Es difícil encontrarlos. Es como una barrera a la investigación en terapias naturales. Por suerte, en el estudio se pone de manifiesto que sí hay algunos médicos abiertos hacia las terapias naturales.
–El estudio también reconoce como una amenaza el hecho de que aparezcan dos polos radicalizados entre medicina convencional y terapias naturales, que impidan crear puentes de colaboración entre una y otras.
–Nosotros hemos intentado hacer un acercamiento a la medicina convencional porque creemos en la multidisciplinariedad. Todos nos deberíamos escuchar, entender y valorar más. El escenario deseable sería que hubiera puentes de diálogo entre unos y otros. Los médicos deberían tener más información de lo que estamos haciendo los terapeutas, porque la mayoría de ellos no lo entienden.
–¿Las terapias naturales son caras? Todo el mundo paga la Seguridad Social. Hay quien opta por las mutuas para evitar listas de espera y ser atendido más rápidamente. Pero si quieres un homeópata o un acupuntor lo tienes que ir a buscar y pagar aparte.
–No es que sean caras. Lo que pasa es que al terapeuta tienes que ir pagando, mientras que al médico vas gratis entre comillas, porque el precio está incluido dentro de un paquete, ya sea la prima de la mutua o los impuestos. A una persona que no vaya mucho al médico, la Seguridad Social le puede salir a un precio desorbitado. A una persona que haya estado muy enferma o haya estado de baja mucho tiempo, quizá sea lo contrario. Depende de cada caso.
–¿Qué le debe exigir el usuario a un terapeuta? ¿Cómo puede distinguir un buen profesional de un charlatán?
–Éste es el punto más conflictivo. Si no hay una regulación, no se le puede exigir nada. Un terapeuta puede estar muy bien formado y no tener una titulación universitaria. Personalmente, creo que no podemos decir que un terapeuta no sea de fiar por no tener la titulación de una universidad. Ahora bien, como federación de asociaciones, entendemos los usuarios que nos llaman para preguntarnos de qué profesional se pueden fiar. La recomendación es que miren los directorios de nuestra página web, porque los terapeutas y los centros que pueden encontrar allí cuentan con el aval de las asociaciones.
–¿Qué hace que un usuario confíe o no en un terapeuta o en una terapia?
–El primer estudio que hicimos era para valorar los hábitos de consumo de las terapias naturales y el grado de satisfacción. De 3.000 personas, el 94,7% estaban satisfechas. El usuario confía en un terapeuta cuando se siente escuchado, siente que le apoya y siente que le toca, lo que no siempre encuentra en un médico.
–¿Influye el hecho de que el terapeuta sea un profesional sanitario? Por ejemplo, el usuario prefiere un médico naturista antes que un naturópata?
–Cuantos más conocimientos tenga la persona, mejor. Esto es indiscutible. Lo que pasa a veces es que hay un médico que estudia naturopatía durante dos fines de semana y después se hace llamar médico naturista. En este caso, es mucho mejor un naturópata que no tenga ni idea de medicina pero haya hecho una formación amplia en naturopatía. Ahora bien, si yo tengo un problema serio de salud, no me quedaré con una sola opinión; me gustará tener la opinión de uno y la del otro.
–¿Hasta qué punto los terapeutas naturales pueden emitir diagnóstico?
–Este es un punto de conflicto con los médicos y los fisioterapeutas. Con una terapia natural, el terapeuta valora el estado de una persona con los criterios de la disciplina que él aplica, lo que no tiene nada que ver con el diagnóstico de un médico. Los terapeutas no decimos que esa persona tiene hepatitis, cirrosis o insuficiencia hepática, porque no tenemos los conocimientos para hacerlo. En todo caso, podemos decir que esa persona tiene una energía desequilibrada en el hígado y lo que haremos es equilibrar la energía del hígado. Quizás esto puede ayudar a curar antes la hepatitis, pero no quiere decir que estemos tratando la enfermedad. Tampoco retiraremos nunca una medicación que dé un médico.
–Hay terapeutas que practican más de una especialidad. En este ámbito, ¿no se aplica el dicho de que «quien mucho abarca, poco aprieta»?
–Yo misma soy un ejemplo de terapeuta que «mucho abarca». Cuantos más conocimientos tienes, cuantas más herramientas y cuantos más recursos puedes aplicar a los demás, es más enriquecedor. Al hacer un masaje, no es lo mismo saber sólo quiromasaje que saber, además, reiki, la técnica metamórfica, reflexología… En un momento dado, la persona puede necesitar mucha movilización, pero en otro momento quizás es mejor que sólo le des energía. Yo tengo una amplia formación y aplico en cada momento lo que considero que a la persona le puede ir mejor. De todos modos, tampoco creo que sea obligatorio [dominar muchas especialidades].
–¿Dónde se utilizan más las terapias naturales?
–En Cataluña son muy habituales. De España, es la comunidad donde más se utilizan, seguida del País Vasco y la Comunidad Valenciana. Cuando hicimos el primer estudio para conocer los hábitos de consumo, vimos que, en el área metropolitana de Barcelona, el 40% de la población era usuaria de terapias naturales, mientras que, en el área metropolitana de Madrid, lo era el 17%. Es significativamente superior la demanda en Cataluña que en el centro de España.
–¿El sector debería dar a conocer más las terapias naturales?
–Sí. El peor enemigo del sector es el propio sector. El terapeuta tiene miedo de si lo denuncian, de si le hacen la competencia, de aparecer en directorios… Estos miedos han hecho que el sector no se haya unido y no se haya ayudado lo suficiente. Todo ello ha tenido efectos indeseados en el sector y ha permitido que otros colectivos le afecten negativamente. Si existiera una regulación, el sector actuaría con más naturalidad.
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