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Grafología: elementos para el análisis de la firma

La grafología es una técnica de análisis de la escritura útil para conocerse mejor a uno mismo y a los demás. Uno de los aspectos que despierta mayor interés de esta disciplina es el análisis de la firma. Al estudiarla, lo primero que hay que tener en cuenta es que el texto representa el «yo social» (cómo la persona se muestra ante los demás), mientras que la firma simboliza el «yo íntimo» (cómo es el individuo en el plano personal). En general, la igualdad y armonía entre el texto y la firma nos habla de una persona auténtica, equilibrada, en armonía consigo misma y con fuerza. Por el contrario, las diferencias entre los dos planos delatan posibles conflictos, complejos y frustraciones. Cuanto mayores sean las diferencias, mayor será el desacuerdo entre el plano íntimo y el social.

Clara Tahoces, en su libro ‘Grafología. Cónocete a ti mismo y a los demás a través de la escritura’ apunta diferentes elementos a tener en cuenta a la hora de analizar una firma. Entre ellos, la letra inicial de la firma, la situación de la firma en la página, la proximidad entre la firma y el texto y la dirección de la firma.

La altura de la letra inicial indica la importancia que se concede uno mismo frente a los demás. Si la altura de la inicial es normal (tiene entre dos y tres veces la altura del cuerpo central de la palabra), se trata de una persona que se encuentra a gusto consigo misma. Sus metas son realistas y camina con paso firme y sin prisas hacia sus objetivos. Si la inicial es baja, estamos delante de un individuo con pocas metas en la vida y que prefiere pasar inadvertido. Es posible que tenga un complejo de inferioridad. Si la inicial es demasiado alta, la persona lucha por ascender y no se conforma con lo que ya tiene. Es susceptible, no acepta la crítica y es fácil herirle el amor propio. Necesita que le reconozcan sus méritos, lo que puede generar insatisfacción.

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Los siete temperamentos de la fisiognomía

Como se decía en un post anterior, la fisiognomía es una técnica de autoconocimiento mediante el análisis de los rasgos faciales. Es útil para conocer a las personas que nos rodean y relacionarnos con ellas de manera eficaz. Hoy en día, el sistema tau-psico clasifica los individuos en siete posibles temperamentos: mental, nervial, bilial, sanguial, linfatial, cordial y egotial. El mental, el nervial y el bilial son introvertidos. El sanguial y el linfatial son extrovertidos. El cordial y el egotial son ambivalentes y pueden actuar de una manera u otra dependiendo de las circunstancias.

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Herramientas para convivir con la timidez

¿Te gusta que te presenten gente nueva? ¿Es fácil, para ti, iniciar una conversación con esa persona que acabas de conocer? ¿Te lo pasas bien yendo a conferencias y a actos sociales? ¿O, por el contrario, eres de los que se quedan en un rincón de la sala tratando de pasar desapercibidos, prefieres no hacer el esfuerzo de hablar con nadie y respiras más tranquilo si tienes la certeza de que no tendrás que intervenir en público? Pues, si eres de este segundo tipo, lamento tenerte que dar otra mala noticia: la mayoría de la gente confunde tu timidez con arrogancia, y eso te está cerrando puertas continuamente. A mí me abrió los ojos Debra Fine, con su libro ‘Saber qué decir. Guía para vencer la timidez en cualquier ocasión’.

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