Entrevista a Gustau Pau, director de Heilpraktiker Institut (I): “Muchas personas se forman en terapias naturales porque quieren cambiar de vida”
Este año Heilpraktiker Institut celebra su 30 aniversario. En este tiempo, la escuela se ha convertido en uno de los referentes en Barcelona en cuanto a formación en terapias naturales. Su director, Gustau Pau, afirma que las personas que estudian en el centro tienen inquietudes al margen del trabajo que desempeñan, aunque no necesariamente quieran cambiar de profesión. También ha notado como los intereses de los alumnos han ido variando a lo largo de estas tres décadas.
—¿Cuál es el perfil de la persona que decide estudiar terapias naturales?
—En nuestra escuela es sobre todo una persona que tiene unas inquietudes al margen de la profesión que está ejerciendo. La media de edad es de 30 años o más. Sin embargo, el perfil depende mucho de la oferta que hace cada escuela. La nuestra tiene una línea purista. En cambio, hay centros que quieren dar un perfil muy científico y otros que imitan un modelo universitario. A estos otros centros van alumnos muy jóvenes, de 18 ó 19 años, que no han entrado en la universidad. En todos los casos siempre hay más mujeres: tienen más inquietudes, seguramente porque tienen más contacto con su cuerpo a lo largo de su vida por motivos como el embarazo, el nacimiento, la lactancia, etc. Su cuerpo vibra de manera diferente.
—¿Qué motiva a los estudiantes a formarse en este campo?
—Una motivación es el hecho de haber superado una enfermedad grave, o bien tener o haber tenido alguien a su alrededor con algún problema de salud serio. Es gente que busca una solución en las terapias naturales. Otra motivación de muchas personas es querer cambiar de vida porque lo que están haciendo no les satisface. No sabría decirte cuál de las dos tiene más importancia.
—¿Qué conocimientos sobre salud deben tener los alumnos para empezar a estudiar y qué conocimientos deben haber adquirido al finalizar la formación?
—No es importante con qué conocimientos entren los alumnos, porque tampoco es importante los conocimientos que tienen los estudiantes de Medicina cuando ingresan en la facultad. Pero, cuando salen de la escuela, deben demostrar que conocen la disciplina que han venido a aprender. Hay materias, como anatomía y fisiología, que debe conocer todo el mundo. Evidentemente, si el alumno es médico, no le haremos estudiar estas materias.
—¿Vienen muchos profesionales sanitarios a estudiar?
—En estos momentos la proporción de sanitarios en la escuela es muy baja, menos del 10%. Años atrás había sido mucho más alta. La explicación es que ahora la formación en terapias naturales para los sanitarios está mucho más organizada [dentro de la universidad] que en otras épocas.
—¿Qué proporción de estudiantes de terapias naturales se acabarán dedicando profesionalmente a este campo?
—De cada 30, pueden acabar ejerciendo de terapeutas unos 7. O, como mucho, 10.
—Es una proporción baja. ¿Entonces por qué lo estudian?
—Las personas, en algún momento de nuestra vida, tenemos la necesidad de disponer de herramientas. Tenemos el ejemplo de una abogada a quien acudían muchas parejas que se estaban separando. Ella hacía un poco de psicóloga y algunas de las parejas finalmente decidían no separarse. Me confesó que había venido a estudiar porque quería conocer más a las personas. Hizo un paréntesis en su vida, estudió unos cursos que satisficieron sus expectativas y ahora vuelve a trabajar como abogada. No creo que sea una proporción baja. En las facultades pasa lo mismo: mucha de la gente que empieza unos estudios no finaliza o no termina ejerciendo esa profesión.
—¿Qué deben exigir los estudiantes de terapias naturales a los formadores?
—Los formadores no deben contar batallitas. Deben saber comunicar su experiencia y transmitir seguridad. Todo lo demás ya está en los libros.
—El perfil del formador sí varía respecto al del alumno. Hay muchos hombres.
—En nuestro caso, hay formadores y formadoras a partes iguales, pero curiosamente sí es cierto que, en general, hay más formadores hombres, aunque la inmensa mayoría de alumnos son mujeres.
—¿Qué disciplinas captan más el interés? ¿Ha habido cambios de tendencias en estos 30 años?
—Sí, los intereses varían. La acupuntura tuvo su época y ahora ya no se estudia tanto. Ahora despierta más interés lo intangible: el reiki, por ejemplo. Como contrapunto también interesa una cosa tangible como es comer bien.
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